repite y se convierte en un bebedor de Rioja.
Algo similar ocurre en Estados Unidos, donde el mercado es mucho más duro. Rioja se sitúa en la decimoctava posición de las regiones vinícolas más conocidas, pero en la sexta plaza de aquellas que generan un mayor grado de fidelización. "Rioja tiene un buen futuro en ambos países", enfatiza Halstead.
Ese futuro pasa para la consultora inglesa por la llamada generación Milenio, es decir jóvenes menores de 30 años. Para atraer a este público que se inicia en los vinos y se convierte en consumidor, los caldos tienen que conjugar diferentes virtudes que les conviertan en un atractivo e incluso en un indicativo social. Así, los 'milenios' demandan vinos que sumen sofisticación, estética, lujo, autenticidad y un número limitado en la producción. Todo ello derivará en la implicación del consumidor con el producto. "Y sobre todo, una hisotria que compartir con otro", indica Lulie Halstead. Al menos, esa es la teoría.
Curiosamente, los jóvenes ingleses prefieren vinos franceses, italianos y españoles antes que los que provienen del Nuevo Mundo. ¿Por qué? Por que son auténticos, son más caros y pagan un valor seguro, evitan en lo posible la equivocación. Para los jóvenes bebedores estadounidenses, el vino caro les permite diferenciarse socialmente, aunque su conocimiento del vino sea menor... o de geografía.
¿Y quién les influye? Internet se ha convertido en la gran herramienta de información. Por supuesto, las revistas especializadas y los llamados gurús, capaces de modificar el mercado, sobre todo las mentes estadounidenses.
Más. Objetivo, los jóvenes. Una historia que compartir
Algo similar ocurre en Estados Unidos, donde el mercado es mucho más duro. Rioja se sitúa en la decimoctava posición de las regiones vinícolas más conocidas, pero en la sexta plaza de aquellas que generan un mayor grado de fidelización. "Rioja tiene un buen futuro en ambos países", enfatiza Halstead.
Ese futuro pasa para la consultora inglesa por la llamada generación Milenio, es decir jóvenes menores de 30 años. Para atraer a este público que se inicia en los vinos y se convierte en consumidor, los caldos tienen que conjugar diferentes virtudes que les conviertan en un atractivo e incluso en un indicativo social. Así, los 'milenios' demandan vinos que sumen sofisticación, estética, lujo, autenticidad y un número limitado en la producción. Todo ello derivará en la implicación del consumidor con el producto. "Y sobre todo, una hisotria que compartir con otro", indica Lulie Halstead. Al menos, esa es la teoría.
Curiosamente, los jóvenes ingleses prefieren vinos franceses, italianos y españoles antes que los que provienen del Nuevo Mundo. ¿Por qué? Por que son auténticos, son más caros y pagan un valor seguro, evitan en lo posible la equivocación. Para los jóvenes bebedores estadounidenses, el vino caro les permite diferenciarse socialmente, aunque su conocimiento del vino sea menor... o de geografía.
¿Y quién les influye? Internet se ha convertido en la gran herramienta de información. Por supuesto, las revistas especializadas y los llamados gurús, capaces de modificar el mercado, sobre todo las mentes estadounidenses.
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