"La tapa a rosca es recomendada para vinos de entre 2 a 4 años después de envasados. El cierre hermético del vino permite conservar todo el aroma y el sabor de la fruta", indicó Matías Bauzá Moreno gerente de Prensa de Bodegas Salentein, a lanación.com.
Un estudio realizado entre 240 bodegas internacionales mostró que el uso de la rosca como sistema de cierre pasó del 5% en 2004 al 25% en 2007. Esta tendencia se explica por el enorme crecimiento en el consumo de vino en el mundo (hoy se embotellan cerca de 13.000 millones de botellas con tapones de corcho) y la limitada superficie donde se cultiva el alcornoque (costa del Mediterráneo). Además, las tapas a rosca impiden que se modifique el sabor de los vinos, algo que a veces puede suceder con los corchos.
De acuerdo con el experto estadounidense Robert Parker, en un futuro los vinos que se consuman hasta los 4 años llevarán este tipo de cierre, pero no los grandes vinos de guarda, que seguirán utilizando el corcho natural.
Un estudio realizado entre 240 bodegas internacionales mostró que el uso de la rosca como sistema de cierre pasó del 5% en 2004 al 25% en 2007. Esta tendencia se explica por el enorme crecimiento en el consumo de vino en el mundo (hoy se embotellan cerca de 13.000 millones de botellas con tapones de corcho) y la limitada superficie donde se cultiva el alcornoque (costa del Mediterráneo). Además, las tapas a rosca impiden que se modifique el sabor de los vinos, algo que a veces puede suceder con los corchos.
De acuerdo con el experto estadounidense Robert Parker, en un futuro los vinos que se consuman hasta los 4 años llevarán este tipo de cierre, pero no los grandes vinos de guarda, que seguirán utilizando el corcho natural.
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