El Consejo Europeo ha dejado el debate de la OCM del vino en punto muerto. Mientras que los 27 estados miembros se enzarzaron en asuntos como la chaptalización, la comisaria Fischer Böel se mostró dispuesta a aceptar una nueva rebaja en los arranques
Si hasta ahora Fischer Böel había sido la mala de la película y los estados miembros los ‘buenos’, ahora parece que los papeles empiezan a invertirse en el debate de la reforma de la OCM del vino. Böel, antes inflexible con el arranque, no sólo lo ha dejado en la mitad, 200.000 hectáreas frente a 400.000, y no sólo lo ha convertido en un arranque voluntario, sino que además está dispuesta a flexibilizar aún más su antes intransigente postura.
Más. latribunadealbacete
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