jueves, 18 de diciembre de 2008

LLanten: una gran carta de vinos

Hace unos días tuve la oportunidad de cenar en el restaurante Llanten, en Pinar de Antequera, a unos kilómetros de Valladolid. Un antigua discoteca de las llamadas after hours reconvertido en centro gastronómico que en verano acondiciona una amplia terraza en sus jardines.
Platos bien presentados, pero sobre todo una amplia, espectacular carta de vinos. Referencias de todas las denominaciones, prácticamente, de España y una amplia oferta de vinos de los cinco continentes. Desde Austria hasta Nueva Zelanda, sin olvidar América o África.
Llanten tiene la fortuna de contar con una sumiller discreta, a la que le gusta su trabajo y, además, muy atenta, pero sin llegar a ser ese camarero plomizo obsesionado por que la copa no se vacíe. Al sentarse, un vino rosado; la cena: de menos a más: joven, crianza y para finalizar un cuarto cambio de sabor, un nuevo crianza con el que acompañar una maravillosa propuesta de diez quesos, alineados en perfecto orden según sus virtudes.
En suma, una cena con cuatro vinos diferentes, que acompañaban correctamente a la comida. Es lo que ahora llaman maridaje y, que desde luego resulta muy interesante. Propuestas como las de Llanten permiten disfrutar de diferentes vinos, a la par que potencian los sabores de la comida, por lo que la sensación de satisfacción es mucho mayor. Y la cuenta no se desorbitó. El vino, y sobre todo en tierra de vinos, necesita más atención que el que muchos restaurantes prestan, aunque también es cierto que son muchos los comensales acostumbrados al marquismo y que quieren un vino sí o sí.

1 comentario:

J.L. García Íñiguez dijo...

Joder, Chemita, cómo gozas...